HIPOCRESÍA EN LA AMAZONÍA
El pasado miércoles 24 de Junio, me dirigía a desayunar, mientras caminaba, pillè a la señora de la esquina, la que tiene buena melena y aretes llamativos tirando basura donde no correspondía. “Mona aunque se vista de seda, mona se queda”; diez pasos más allá, un señor de camisa manga larga, zapatos negros y muy bien peinado, ingerìa una gaseosa de marca reconocida. Giro a notarlo nuevamente y vi la botella descartable vacía, ahí, frente a sus narices, en el piso. ¡Una basura frente a otra basura!

Al otro lado, a fuera de la manzana, otro señor se expresa colérico del Presidente Alan García; empleando términos fuertes. Lo considera genocida; en ese preciso instante saca un caramelo del bolsillo, lo abre, mete en la boca y como siempre echa la envoltura al suelo. Si todo esto pasó en esta zona. ¿Estaba pasando lo mismo en otros lugares? Lo mas probable era que sí.

Cuando comía, pensé en la manifestación de los nativos de la Amazonía, ese día la gran mayoría de ellos compraban helados por la demanda de insolación del medio día y arrojaban las envolturas en cualquier lado, ¡ahí! A vista y paciencia de todos: Recuerdo ese día que me acerque y pregunté a un par de ellos. ¿Por qué estaban protestando? La respuesta fue sorprendente. Uno de ellos dijo: No sé pero yo estoy dispuesto a morir por la naturaleza. Me admiraba como pensaba, me refiero a que daba su vida por la naturaleza, pero desde otra arista me indignaba, estaba dispuesto a morir por cosas que básicamente desconocía sólo por que le dijeron que tenía que hacerlo, me daba cuenta que fácil es manjar a la gente, como perros, cuando son poseídos por la ignorancia y prepotencia.

Yo también doy todo por la naturaleza, quizás hasta mi vida, pero no puedo caer en una actitud de conservacionista extremo dejando de lado el crecimiento económico de mi país. Muchos hablan de este problema que trajo consecuencias lamentables. Hablan y hablan y ni si quiera son capaces de guardar una envoltura o caminar unos cuantos pasos para arrojar la basura en su lugar, este es un pequeño detalle, pero con la sumatoria se convierte en una contaminación por residuos sólidos que afecta significativamente al ambiente en general destruyendo lo natural. Así queremos cuidar una gran Amazonía, si no somos capaces de auto concientizarnos a no contaminar. “Cuando llueven todos mojan”. No creo, hay escasas y honrosas excepciones, pero son muy muy escasas.

Mucha gente arrojó el pasado miércoles “Día de San Juan” basura al río y orillas, espero que tú no estés dentro de ellos. Así queremos salvaguardar nuestra naturaleza, contaminando, con falta de educación y conciencia ambiental, deforestando, haciendo chacras miserables e improductivas no competentes en un mercado. El TLC es una alternativa de desarrollo para todos; para muchos, por la derogación de estas dos leyes 1090 y 1064, para muchos,el TLC estaría en riesgo. Si no explotamos nuestros recursos naturales con equilibrio ecológico y contaminación óptima es decir con conciencia ambiental y política, quizás el sueño del desarrollo del país a través del desarrollo sostenible, único sendero, esté todavía un poco lejos de la realidad en que vivimos.