DOCE MESES
Claro que es un día especial, lo dijo la mariposa azulina que entró hayer a mi casa. Hoy cumplimos un año con mi princesa; doce meses de alegría, doce meses de amor incondicional, doce meses de confianza, de perseverancia, de respeto, de lindos momentos. Un año de amor puro, amor celestial, amor que siempre ambicioné tener, amor del bueno, amor que siempre pedí a Dios.
Hubo tormentas y vientos turbulentos pero que pasamos facilmente por estar nuestros corazones mutilado de esperanza y de razón, de emociones y sentimentos; pues es este amor quien nos pone muy contentos.
¡Caminante no hay caminose hace camino al andar!
Juntos construimos un sendero, un camino lleno de amor cuyas huellas jamáz se borraran, camino con flores,camino de colores, camino fenomenal, un camino sin final.
Nadie nos podrá separar. Somos uno solo, somos todo juntos.Te quiero un montón, ¡FELIZ AÑO MI AMOR!


HIPOCRESÍA EN LA AMAZONÍA
El pasado miércoles 24 de Junio, me dirigía a desayunar, mientras caminaba, pillè a la señora de la esquina, la que tiene buena melena y aretes llamativos tirando basura donde no correspondía. “Mona aunque se vista de seda, mona se queda”; diez pasos más allá, un señor de camisa manga larga, zapatos negros y muy bien peinado, ingerìa una gaseosa de marca reconocida. Giro a notarlo nuevamente y vi la botella descartable vacía, ahí, frente a sus narices, en el piso. ¡Una basura frente a otra basura!

Al otro lado, a fuera de la manzana, otro señor se expresa colérico del Presidente Alan García; empleando términos fuertes. Lo considera genocida; en ese preciso instante saca un caramelo del bolsillo, lo abre, mete en la boca y como siempre echa la envoltura al suelo. Si todo esto pasó en esta zona. ¿Estaba pasando lo mismo en otros lugares? Lo mas probable era que sí.

Cuando comía, pensé en la manifestación de los nativos de la Amazonía, ese día la gran mayoría de ellos compraban helados por la demanda de insolación del medio día y arrojaban las envolturas en cualquier lado, ¡ahí! A vista y paciencia de todos: Recuerdo ese día que me acerque y pregunté a un par de ellos. ¿Por qué estaban protestando? La respuesta fue sorprendente. Uno de ellos dijo: No sé pero yo estoy dispuesto a morir por la naturaleza. Me admiraba como pensaba, me refiero a que daba su vida por la naturaleza, pero desde otra arista me indignaba, estaba dispuesto a morir por cosas que básicamente desconocía sólo por que le dijeron que tenía que hacerlo, me daba cuenta que fácil es manjar a la gente, como perros, cuando son poseídos por la ignorancia y prepotencia.

Yo también doy todo por la naturaleza, quizás hasta mi vida, pero no puedo caer en una actitud de conservacionista extremo dejando de lado el crecimiento económico de mi país. Muchos hablan de este problema que trajo consecuencias lamentables. Hablan y hablan y ni si quiera son capaces de guardar una envoltura o caminar unos cuantos pasos para arrojar la basura en su lugar, este es un pequeño detalle, pero con la sumatoria se convierte en una contaminación por residuos sólidos que afecta significativamente al ambiente en general destruyendo lo natural. Así queremos cuidar una gran Amazonía, si no somos capaces de auto concientizarnos a no contaminar. “Cuando llueven todos mojan”. No creo, hay escasas y honrosas excepciones, pero son muy muy escasas.

Mucha gente arrojó el pasado miércoles “Día de San Juan” basura al río y orillas, espero que tú no estés dentro de ellos. Así queremos salvaguardar nuestra naturaleza, contaminando, con falta de educación y conciencia ambiental, deforestando, haciendo chacras miserables e improductivas no competentes en un mercado. El TLC es una alternativa de desarrollo para todos; para muchos, por la derogación de estas dos leyes 1090 y 1064, para muchos,el TLC estaría en riesgo. Si no explotamos nuestros recursos naturales con equilibrio ecológico y contaminación óptima es decir con conciencia ambiental y política, quizás el sueño del desarrollo del país a través del desarrollo sostenible, único sendero, esté todavía un poco lejos de la realidad en que vivimos.


Mañana Mágica – Día del Medio Ambiente

Está mañana desde mi ventana veo aquellas hojas caducas de pomarrosa, dicho árbol sirve en este instante a esa pareja que está llena de armonía de bajo de ella. Y cuando niños recuerdo con ternura que los frutos de esta planta servían a mí y a mis amigos para saciar nuestro hambre repentino.

Mirando a otro lado, veo aquellas rosas coloridas que desprenden gran fragancia y que al igual que la pomarrosa, en tiempo que era niño, las rosas, me ayudaban a saber que esperanzas tenía con alguna niña al decir. “me quiere o no me quiere, me quiere o no me quiere”.

Al este está el sol radiante lleno de energía, y mientras mentalmente elogio al sol, siento esta fresca brisa de este viento suculento.

Prolongo superiormente la mirada y ahí está el cielo azulino inmenso. Algunas veces sentí tocarlo, cuando me tocó ganar algunos concursos o tal vez cuando era protagonista de aquellos besos profundos. Me distrae más al fondo una pareja de picaflores admirables revoloteando. ¡Qué curioso! ¿Sabrán que hoy es un día especial para ellos?

“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.” Estas son líneas, son pocas líneas lo que describo de lo que vi en tan solo un minuto. Es mágico y real el ambiente. Ayuda a conservarlo. 05 de Junio, Día del Medio Ambiente.


El éxito antes del trabajo está solo en el diccionario


Cuantas veces nos quedamos esperando que los éxitos en la vida nos vengan de pura suerte o damos excusas para encubrir nuestra falta de responsabilidad y perseverancia.

“No tengo tiempo”,” No me siento bien”. ¿Reconoce estas excusas? En realidad la excusa es la distancia mas corta entre la responsabilidad y la irresponsabilidad. Muchas veces presuponemos que una circunstancia externa es más poderosa que nosotros y domina nuestro destino. Aparentemente las excusas son muy útiles; reducen el trabajo y no cuestan nada. Lo único que se necesita es un poco de creatividad para que parezcan verdaderas.

Pero las excusas tienen el costo escondido de mermar nuestra responsabilidad, encubriendo nuestra dejadez y generando un clima de desconfianza e hipocresía en un grupo u agremiación. Como dice Benjamín Franklin. “Aquellas personas que son buenas dando excusas, es probablemente para lo único que son buenos”. Entonces el dilema está en: Si es tan negativo para nosotros ¿Por qué lo hacemos?...
Cuando la cultura de las excusas se asienta en un equipo, es como si le sacasen las llantas a un automóvil. Dentro del auto uno siente que el motor está prendido, que puede acelerar, pero que no llega a ningún lado.

Pero por otro lado culpar a otros de sus problemas aleja la sensación de inferioridad generada por el incumplimiento de sus responsabilidades. En ese nivel las excusas nos permiten engañarnos a nosotros mismos y creer que no somos nosotros los equivocados y de esa forma erróneamente entendemos que nos libramos.
Entonces. Si partimos de tratar de excusarnos lo menos posible, estamos partiendo de algo, y estaremos mejorando gradualmente, pero lo importante es que lo estaremos haciendo. Trasando las metas, las mismas que nos proporcionarán oportunidades para superarnos; pero el problema radica cuando perdemos la perspectiva de su importancia; eso es otro detalle. La gran masa adulta del país dicen que a los jóvenes les falta penetrase mas a su realidad. Yo diría mejor que nos falta soñar más, partiendo de un bello sueño del ver al país con una calidad de vida buena y trabajando para instruirnos a mejorar aquella realidad vejatoria en la vivimos. Trabajando hay triunfos, pues el único lugar donde el éxito viene antes del trabajo es el diccionario. Para todos es hermoso soñar, más hermoso es saber que el futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños.

Todos debemos superar todas estas dificultades y tener el gran objetivo de llegar a ser lideres por diferentes medios, ya sea por ser visionarios, creativos, o por la integración. Todo tiene un elemento común que nos otorgaría la denominación de líderes, que es, la pasión por lo que hacemos. El liderazgo para mi, es el arte de lograr que otra persona haga algo sin imponer, es decir, que haga algo que tú quieres por que ella realmente lo quiere.

En la época de las cavernas, la única forma de subsistir el acecho de las bestias salvajes era el trabajo en equipo. Hoy ¿Cómo sobrevivir? La respuesta es obvia, volviendo a nuestros orígenes, formando equipos o alianzas, llenos de confianza y con ganas de querer hacer las cosas. Tú debes ser el cambio que quiere ver el mudo.


NO CUCHILLO SÍ JARRÓN.


Toco la puerta y saludo a mi gran amiga, la considero gran aliada; luego saludo a mi compañero con sonrisas entrecortadas. Llaman de la puerta y mi gran amiga nos presenta.

La conocía cuando el sol resplandecía. ¡Qué bonita, que linda! Toda la mañana se tornaba colorida ¡Me gusta! Repito innumerables veces mentalmente; gran aliada por hacer que venga te lo agradezco eternamente.

Es esbelta, está elegante pero a la vez sencilla, está muy bien moldeada como la arcilla. Me gusta su pelo, me gustan sus frágiles manos. Empiezo hablar y estoy tembloroso como tartamudeando, la noto fría como el mármol y viva como el verano.

Nos miramos y agachamos las miradas. Sé su nombre pero le pregunto otra vez, nada me podría causar después de conocerla intrepidez. Quizás no le parezca interesante en este momento, pero la llego a despedir sin remordimientos. Y advertí la última mirada a sus grandes cualidades faciales.

Tengo su número telefónico ¿La llamaré? ¡La llamaré! ¿Qué le diré? Ya sé. Le diré, que siempre la respetaré. Suena mi teléfono, suena su teléfono; Nuevamente suena el mío y suena de ella. Hay varios mensajes, pero tenerla lejos me trae coraje.

Quizás lo que le digo tampoco le interesa, pues hay otro junto a mí en la mesa. Jamás seré un cuchillo que corta las cosas, prefiero ser un jarrón lleno de rosas.

Fueron dos noches de sueño, que bonitos estos, son los únicos de los cuales soy dueño; fueron tan bonitos, que para mí, valen por mil realidades. Te contaré los sueños y lo que leo, pues es otra de las cosas que más deseo.

Buen tiempo es que no estoy frente a ella, espero con gran paciencia mirando las estrellas. La recuerdo como la describí hace un ratito, pues de ella su cariño necesito.

Desde lejos su voz melodiosa escucho y quizás ya la empecé a querer mucho.


Juancho



Aquella mañana, donde a puras penas intentaba resplandecer el sol, comencé a preocuparme, pues de mi ligero viaje, no había traído ningún abrigo. Circulaba una ligera brisa. Corriendo se acercaba rápidamente un niño, con un polo que tenía agujeros por doquier, un pantaloncito, los pies descalzos; pero con una sonrisa contagiante de oreja a oreja, esas sonrisas, que te recuerdan que los sueños muchas veces se hacen realidad y que todavía hay muchas esperanzas.

Curiosamente se sentó a mi lado. Le dije un hola diminuto. Él me dijo otro hola, pero angelical. Le pregunté cual era su nombre, rápidamente respondió: Juan Oliver; no conocía al angelical chico. Le pregunté: ¿Por qué está roto tu polito? El aludido respondió: Mi mamita dice, que me han baleado ahí. Nuevamente le interrogué: ¿Por qué no lo cose? Para que se vea más bonito. Respondió: No tenemos hilo ni aguja. En confianza me comentó que su mamá lloraba casi todos los días, él no sabía por que lloraba, pero cuando la veía llorar, corría y la abrazaba. Expresó: Yo a mi mamita le doy un abrazo de eses “ñeques”. Los dos dimos unas tímidas carcajadas.

Por las expresiones anteriores y la realidad vejatoria, era la tercera vez que tragaba mi saliva “boca llena” como dice don Jorge. Juancho nuevamente lanzó una sonrisa esperanzada y dijo que quería ser mi amigo, expresé: Encantado Juancho. Le pregunté ¿por qué no jugaba bolitas? Se quedó callado por un espacio, ¡que indiferencia la mía!, lo idóneo hubiera sido que le preguntara si había comido. Pero le pregunté en ese mismo momento. Me dijo que no había nada en su casa, solo abundante agua. Decidí invitarle a comer. Al mirarle comer como dice mi abuelita “mishki mishki”. Mis ojos contenían ineludiblemente lágrimas, que era producto de una mezcla de indignación e intrepidez. Pensaba en esos datos escalofriantes de pobreza que me enteré a través de una carta, que envío un gran amigo a jóvenes lamistas. Pensaba también cuanta gente no tenía que comer en ese momento.

Juancho me comentaba lo rico que estaba la comida y me advertía una sonrisa, la misma que producía una profunda y noble alegría, entonces nuevamente cavilaba la gran esperanza que existe todavía. Muchos jóvenes estamos tratando de que la pobreza disminuya, tal vez paulatinamente, pero estamos aportando algo, tal vez con dificultades, con vientos turbulentos, pero somos consientes que residimos haciendo algo por nuestro país.

Dicen que la pereza viaja tan despacio, que la pobreza no tarda en alcanzarla. Juancho no es perezoso, Juancho es empeñoso. Es un buen niño que refleja ternura; cuida sus hermanitos menores, teniendo tan solo 6 años, muestra valentía y pundonor para seguir corriendo muy alegre. Yo ruego a Dios que la sonrisa de todos los niños, nunca se terminé por que el día que acontezca eso, yo creo, que ahí, será el fin de todo.




No sé que traía conmigo el destino, que en lo sentimental, no encontraba un camino.

En una espesa niebla mi alma habitaba, cegado por doquier indagaba, mas solo y triste me hallaba, sin saber hacia donde aquellos senderos me conducían, no lo sabía. ¿Qué buscaba?, ¿qué pretendía encontrar?

De amor se tornaron mis ojos aquella noche, la extravagancia de tu mirada acariciaban con ternura mi rostro, un sensible y profundo beso mis labios tocaron, frondosos y húmedos los tuyos, mojaron y saciaron mi espíritu, que con encontrar un gran amor soñaba. De pronto asomé y me di cuenta que la oscura niebla ya cesaba.

Aquel día, mi madre sonreía, noche sin luna llena y sin estrellas. Maldita mi timidez que impedía expresar mis sentimientos, bendito todos tus cautelosos movimientos.

Mi espíritu desolado, que desesperado anhelaba poder hallar la luz, luz que buscaba. ¿Por qué?, no lo sé. Vuelvo aquella noche, quizás estrellada, pero muy privilegiada, donde de pronto noté una dulce y cariñosa brisa, un aliento que en mi cuerpo sentía que navegaba, que recorría y penetraba en mis adentros, enamorando mis sentimientos.

La Linda Wawita calmó mi triste desesperanza sin consuelo. La Linda Wawita es muy celestial, puedo verla cada vez más esplendorosa, radiante de fuerza y pasión, muy celestial, cual su figura torna de manera angelical.

Su tierna y dulce caricia, distrae mi rígida ambición, y su beso, es la llave que abre la puerta de mi corazón. Linda Wawita, estar tranquila, por que este corazón, no habla mentiras.